LEGITIMACION DE UNA DIRECCION PROVINCIAL
- Colectivos Progresistas
- 5 jul 2024
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La elección para renovar la directiva de la Revolución Ciudadana en el Azuay tiene ciertos particularismos, necesarios de relievarse para comprender su trascendencia y efectos.
Independiente de lo que pensemos, hay que acatar y respaldar los resultados, teniendo presente que, deben corregirse concepciones y mecanismos que afectan la vida interna del movimiento. Necesitamos unidad y coherencia.

1.- La convocatoria para elegir los delegados encargados de designar al nuevo directorio en la provincia no fue ninguna sorpresa. Esta, la realizo una persona cercana al exdirector, el prefecto del Azuay, en un momento en que aparentemente existía una fricción al interior y cuando tenían certeza que, quienes solicitaban democracia y elecciones internas, estaban preocupados por defender su metro cuadrado, sus aspiraciones personales y la tesis de unidad para alcanzar los objetivos, había sido arrinconada.
2.- Los colectivos que “apostaban por el cambio”, concurrieron fraccionados y divididos, y era evidente que el espacio oficial, alcanzaría la mayoría, sino la totalidad de los delegados. Así aconteció, y “los personalismos” derrotados, volvieron a reclamar una mejor representación y una democracia mas abierta. Oportunistamente volvían a esgrimir las tesis que se olvidaron, actitud que gran parte de los militantes y adherentes entendieron como simples consignas que se acomodan a los intereses personales.
3.- Derrotados ciertos colectivos y personas, fue evidente que perdieron la iniciativa y que la tesis unitaria no convocaba. No podían reclamar el mecanismo “legal” utilizado, pues forma parte de los estatutos. Las reuniones fueron convocadas vía zoom, de esta forma se controló el acceso de los participantes, mas todavía, si se cerró la sesión y en el segundo o tercer llamado se filtró el ingreso de los asistentes.
4.- Con una aplastante mayoría, constituida por las autoridades elegidas y los delegados previamente acordados, se difirió la designación del directorio, también se postergo la conformación de una sola lista, considerando que, esta situación restaba legitimidad, más aun teniendo presente que, el posible nuevo director tenía resistencias. En este contexto surge entonces una lista alternativa.
5.- Convocadas las elecciones, con la mayoría absoluta de delegados, los resultados no sorprenden, gana la lista oficial, y surge legitimada. Al unísono se cierran filas y se demanda respaldar al directorio.
La elección de delegados no fue precisamente una muestra de democracia interna, y la escogencia entre las dos listas, ya estuvo cantada y su resultado fue el esperado.
6.- Concluido el proceso, no hay nada que reclamar, corresponde ahora exigir a la nueva directiva cumpla con sus ofrecimientos, de apertura y dialogo, de acercarse y conversar con todos los sectores representativos de la provincia, de provocar la más amplia unidad para ganar las elecciones presidenciales y a la asamblea, de fortalecer el trabajo con los sectores de jóvenes, mujeres y ambientalistas, de promover la capacitación, de trabajar cercanamente con las autoridades locales, de consolidar territorialmente la influencia del movimiento, de respetar las tendencias y dejar florecer el debate interno, y finalmente, impulsar acciones conjuntas con los colectivos teniendo empatía con su accionar interno.
7.- Ahora, hay que garantizar los derechos de militantes y adherentes y la vigencia real de democracia interna. Esta tarea no es solo responsabilidad del director o de la directiva provincial, demanda el concurso de todos.
8.- Es indudable que no se puede permitir que el insulto, la descalificación y la mentira sustituyan a los argumentos y al debate constructivo y propositivo, por lo que, todos los actores deben observar esta regla democrática, y exigir que en los chats que participan el debate sea político y se proscriba el agravio, el descredito y la falacia.
9.- Considero que es mi deber, resaltar estos hechos y comportamientos alrededor del cambio de directiva, sin dejar de respaldar a Roque Ordóñez y su directorio, abriendo un espacio para la convergencia del progresismo, su unidad, la construcción colectiva de un programa legislativo, la elección de candidatos a la Asamblea en primarias internas, contribuir para derrotar al neoliberalismo, recuperar el poder político e implantar un modelo de bienestar.
Sin critica, ni autocritica, no es posible transformar.
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