"DEL DICHO AL HECHO, HAY MUCHO TRECHO"
- Colectivos Progresistas
- 23 dic 2024
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El gobierno del presidente Noboa ha demostrado una preocupante brecha entre sus promesas y sus acciones.

En su mandato, ha evidenciado no solo falta de equipo, ineptitud, irresponsabilidad para cumplir con sus ofrecimientos y una deliberada estrategia que, lejos de resolver las crisis, parece agravarlas con miras a desprestigiar lo público y consolidar su permanencia en el poder a cualquier costo.
Apagón Eléctrico: Una andanada de respuestas
Ante la crisis eléctrica que ha llevado a paralizaciones de hasta dieciséis horas diarias, el gobierno ha recurrido a un catálogo de justificaciones que incluyen:
1. Fallas constructivas: Afirmando fallas en hidroeléctricas dependientes de la pluviosidad y problemas de construcción en proyectos anteriores.
2. Obstáculos internos: Aseverando que técnicos ligados al correísmo sabotean los esfuerzos gubernamentales.
3. Indolencia de funcionarios: No dudo en culpar y enjuiciar a la ministra de Energía por falta de inversión y ejecución de obras, sin considerar que solo a la CELEC le quito cerca de 500 millones de dólares e incluyo la inexistente y nunca probada apertura de la compuerta de una represa.
Pese a estas explicaciones, los hechos indican que el gobierno conoció la gravedad del problema desde el inicio de su gestión y no tomó medidas correctivas. Mientras el parque térmico continuaba deteriorándose, tampoco se realizaron inversiones para recuperar su capacidad. Al contrario, el mandatario se ha limitado a realizar promesas que no se cumplen, como la operación de una barcaza de generación eléctrica y la adquisición de equipos que arriban incompletos. La intervención en Toachi Pilatón fue una medida desesperada y no querida.
Con la llegada de diciembre, el gobierno asegura que “los apagones terminarán”. Sin embargo, esto implica trasladar el peso de la crisis a un sector, a través de un “apagón industrial”, lo que evidencia que la solución es parcial y poco sostenible. Además, la administración ha entregado millones de dólares a empresas sin garantías claras, generando sospechas de corrupción.
Lo peor de todo es que, los proyectos hidroeléctricos “ejecutados en el gobierno de Rafael Correa” con el régimen de lluvias funcionan eficazmente, a pesar de que anunciaban su colapso, y permiten que el país no se apague y colapse. Las lluvias, las obras del “correísmo” y la venta de energía de Colombia permiten aguantar la crisis energética, no la inversión ni la ejecución de acciones por parte del gobierno.
Incumplimiento de ofertas, ambición de poder absoluto y afectación de la democracia
Durante su campaña, el presidente prometió resolver la crisis energética y de seguridad en tan solo nueve meses. Ahora, un año después, argumenta que necesita un segundo mandato para solucionar los problemas del país, justificando su ineficacia con las herencias del pasado. Esto contrasta con las amplias facultades legislativas otorgadas por la Asamblea para la reactivación económica, el combate a la violencia y superación de la crisis eléctrica.
En lugar de avances, el país enfrenta una profundización de las crisis:
• Seguridad: Incremento de la violencia, control de los centros penitenciarios por las mafias e infiltración del narcotráfico en entidades y órganos gubernamentales, como lo demuestran casos recientes de droga encontrada en cajas de exportación de banano y la orden de detención de un alto mando militar, líder de una banda de narcotráfico.
• Economía: Concentración de la riqueza y poder que favorece a grupos afines al gobierno, lavado de dinero y fuga de capitales a paraísos fiscales, deterioro de los servicios públicos, desempleo y migración.
• Institucionalidad: Afectación d valores y principios democráticos, desconocimiento del régimen jurídico con acciones autoritarias y de persecución contra opositores y autoridades locales.
El gobierno también ha utilizado su influencia para controlar instituciones clave, como el Consejo de la Judicatura, la Corte Nacional y la Corte Constitucional. En el ámbito electoral, ha garantizado su presencia a través de maniobras cuestionables, incluyendo propaganda gubernamental en plena campaña, proscripción y prohibiciones arbitrarias a candidatos y un manejo irregular del Consejo Nacional Electoral (CNE) y del Tribunal Contencioso Electoral.
Conclusión: Un Gobierno que No Cumple
La administración actual ha demostrado ser ineficiente y autoritaria, concentrando sus esfuerzos en garantizar su continuidad en el poder, mientras el país enfrenta crisis cada vez más profundas. Los ciudadanos, después de tantas promesas incumplidas, se preguntan si el presidente está realmente enfocado en el bienestar del país o si su prioridad es consolidar su reelección a cualquier costo. El tiempo dirá si el pueblo permitirá que las estrategias de manipulación y control prevalezcan sobre la exigencia de un verdadero cambio.
Pedro Conejo Calderón
Cuenca, 23/12/2024
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