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¡ACUERDOS O CONFRONTACIÓN!

  • Foto del escritor: Colectivos Progresistas
    Colectivos Progresistas
  • 24 jun 2024
  • 5 Min. de lectura

Expresamos que estamos de acuerdo cuando hay coincidencia de opinión, cuando expresamos la conformidad, el asentimiento o la aceptación resultante de un proceso de negociación o deliberación sobre un asunto concreto, que la adoptamos de común acuerdo o por mayoría de votos. Cuando adoptamos un acuerdo, fijamos reglas para la vida social, protegiendo los derechos de todos y garantizando su respeto en un ambiente de convivencia pacífica.

Análisis Político-Pedro Cornejo

En cambio, entendemos por confrontación, al conflicto o la oposición de intereses; también a la comparación, examen o verificación de ideas, conceptos o sentimientos que se resisten.

 

A simple vista podemos señalar que, son acciones distintas que arriban en puestos distintos. Veamos si es así, y para el análisis lo haremos desde la acción política en la que nos encontramos incursos.

 

1.-  Siete años han discurrido desde que Alianza País dejo el gobierno y durante todo este tiempo hemos venido señalando que los tres gobiernos que le han sucedido representan: la traición a la política y al electorado, a las fuerzas neoliberales, al viejo país corporativo, la ausencia de inversión y planificación estatal, la concentración económica, la perdida de derechos y de soberanía del estado.

 

2.-  En este tiempo, la RC ha levantado un discurso confrontativo entre los dos modelos, el neoliberal, y el de bienestar, que les dio resultado cuando fueron gobierno, señalando las visiones contrapuestas a las tesis y acciones del gobierno de derechas. También es claro que su posición política se corre al centro, lo que ha conllevado alejarse en parte de su electorado y a cometer errores en el ejercicio y en la comunicación política. 

 

Es importante reconocer que siendo oposición la RC, ha sufrido la más grande persecución política, por loque tiene a parte de sus cuadros en el exilio, otros soportando la persecución judicial y muchos otros, han ido asesinados.  Debe permanentemente diseñar y ejecutar acciones exclusivas para contrarrestar el sueño de la derecha, su proscripción como fuerza política, las acciones del CNE, para reducir la participación electoral de la migración ecuatoriana, el cambio de método para disminuir su representación en la Asamblea y los gobiernos locales, y la exclusión o veto a ciertos candidatos.  Que, como única garantía de control y asedio a la RC, así como limitación a su accionar político institucional, ha soportado el desprestigio y cambio violento de ciertos organismos para luego captarlos y controlar la designación de las autoridades de Contraloría, Procuraduría, CNE, Defensoría del Pueblo, CNE, CNJ, renovación de jueces de la CC y de la CNJ.

 

3.- Debe resaltarse que, si bien la política comunicacional de este gobierno como el de Lasso y Moreno, todo el tiempo levanta distractores para ocultar su desbastadora acción de destrucción del estado y del tejido social, acción amplificada por la prensa nacional, la RC ha logrado posesionar su relato, mantenerse como primera fuerza política a nivel nacional, primera minoría en la Asamblea Nacional, estar al frente de los gobiernos locales de las principales ciudades y provincias del país. Si es correcto o no, si le favorece o le pasara factura, esta por verse, y no es objeto de nuestro análisis.

 

También ha demostrado que se encuentra en capacidad de renovar a sus cuadros(que no es lo mismo, a que esta es democrática), de mantener estructuras a nivel nacional (que no es igual, a vida orgánica partidaria), así como, impulsar la tesis de acuerdos parlamentarios, necesarios para defender los derechos, la soberanía nacional, los recursos públicos y el bienestar para todos (corresponde valorar que se hizo sobre la mesa y que por debajo).

 

4.- Una sociedad que adopta soluciones parches y coyunturales a problemas estructurales, que el individualismo es sinónimo de éxito, que el trabajo en equipo es un accidente, que ignorar o violar la norma es la regla, que la corrupción en menor escala es cotidiana, que una burocracia pervive y se enriquece a costa de generar dificultades para vender facilidades, que los políticos no piensan hacer carrera y cumplir con sus electores, sino enriquecerse y ponerle zancadillas a sus compañeros de bancada, que la carencia de ideología y el cambio de camiseta son tarjeta de presentación, que la solidaridad es mala palabra y que la confrontación no es necesaria para discernir y acordar, sino para evidenciar que siempre tengo razón y el otro siempre está equivocado, es difícil comprender que a pesar de las diferencias, se puedan lograr acuerdos.

 

5.- Parte de la sociedad y la totalidad de los “políticos”, no creen que el ejercicio político general, y en particular, de la acción parlamentaria, debe sustentarse en el dialogo, la confrontación y los consensos; consideran igualmente que, la oposición al gobierno de turno debe ser hasta su fracaso y caída, que los gobiernos locales, especialmente de línea política contraria al ejecutivo, no les corresponde articular su gestión a la estatal. Estos mismos sectores, prestan oídos a una prensa que todos los días inoculan odio, confrontan a diversos sectores, y consideran que, a su contrario, o su interlocutor hay que derrotarlo, y no solo eso, sino destruirlo, aniquilarlo. Realizamos esta afirmación, porque el acuerdo es mal visto sino comporta sumisión, porque los políticos dicen una cosa y acuerdan otra, a espaldas de sus electores, porque se ve mal que los políticos discrepen y luego puedan tomarse un café o comer amigablemente, tc, etc.

 

La RC con sus bemoles viene sostenido tesis diametralmente distintas a las que acabamos de enunciar.

 

 6.- Indicamos al inicio de este escrito que, aparentemente el acuerdo y la confrontación no son compatibles, sin embargo, consideramos que, si utilizamos inteligentemente la confrontación, es decir, el examen y la deliberación de ideas, debe permitirnos llegar a acuerdos, estableciendo que nuestras tesis son incompatibles, que son negociables o que son coincidente sobre determinado tema.

 

Pero esta forma de CONFRONTAR PARA EL ACUERDO solo es posible, si existe la voluntad sincera, racional y democrática de poner en practica las reglas que adoptamos, es decir las que nos permitieron llegar al consenso y garantizar que el mismo se cumpla, solo de esta forma, respetaremos los derechos de todos y contribuiremos a generar un ambiente favorable a la convivencia democrática. Acordar no es malo, tampoco dialogar, no malo, es negar el acuerdo, o hacer distinto a lo que se expresa.

 

Dicho lo dicho, tenemos por delante una responsabilidad enorme, hacer política desde los argumentos, única manera de identificarlos, contrastarlos y acordar; evidenciar a la sociedad que, solo superaremos las crisis con otras actitudes, proactivas, incluyentes, empáticas, que rebasen lo coyuntural y fijen metas comunes hacia el futuro.

 

Nos queda por delante mucho camino que recorrer, entender la lucha democrática y parlamentaria que se libra en una democracia liberal, identificar nuestro político, trabajar nuestro plan de gobierno de forma participativa, impulsar la unidad del progresismo, y asumir el compromiso histórico que se impone en este momento, para sacar adelante a la Patria.

 

Las próximas elecciones son una prueba de fuego para todas las tiendas políticas, les corresponde evidenciar que, son capaces de permitir que fluya el debate democrático interno, que sectores distintos “al oficial” presenten alternativas, que sus afiliados y adherentes voten a distintas opciones, y no, que lo hagan a través de “representaciones” que, siendo legales en lo formal, carecen de legitimidad. Si existen tendencias a su interior, todas las que opten, deben de gozar de iguales derechos de participación. Si vuelven a las mismas viejas prácticas, estará claro que optamos por la confrontación que destruye, no que une y alcanza acuerdos.

 

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