RESISTENCIA Y ACCIÓN POPULAR PARA DERROTAR AL NEOLIBERALISMO EN LAS CALLES Y EN LAS URNAS
- Colectivos Progresistas
- 4 nov 2024
- 3 Min. de lectura
El país atraviesa una profunda crisis económica, social y moral provocada por un gobierno insensible y desconectado de las necesidades del pueblo. La falta de inversión y planificación ha sumido a millones de ciudadanos en apagones de hasta 14 horas al día, mientras la economía colapsa, pequeños negocios cierran y miles de compatriotas se ven empujados a migrar.

La concentración de la riqueza en pocas manos no es accidental, sino resultado directo de políticas que favorecen a las grandes corporaciones en detrimento de la mayoría. Este gobierno no representa los intereses del pueblo, sino los de una élite privilegiada que se ha enriquecido a costa del Estado y la explotación de la fuerza de trabajo.
Los apagones no son un accidente, sino resultado de una reducción deliberada de la inversión pública, la falta de planificación y una acción concertada para apropiarse de bienes y recursos en favor de grupos familiares, sumado a la corrupción en contratos eléctricos. Este gobierno ha optado por desmantelar y desprestigiar los servicios públicos, recortando presupuestos y postergando los mantenimientos críticos de infraestructura. Nos han llevado a una crisis energética que será imposible resolver a corto plazo, ya que las plantas termoeléctricas han sido abandonadas y la infraestructura eléctrica carece de mantenimiento. Esta negligencia es parte de un plan para beneficiarios del sector privado a expensas de lo público.
El mal manejo en las relaciones internacionales ha hecho que el país pierda oportunidades de cooperación energética con Colombia y México, de quienes podríamos comprar electricidad y derivados del petróleo. A esto se suma la incompetencia y una errática política comunicacional. La crisis actual es producto de una planificación errática y de una falta de voluntad para resolver los problemas de raíz. No podemos tolerar un gobierno que desprecia los intereses de la mayoría, nos mantiene paralizados y literalmente en la oscuridad,
Llamado a la resistencia y la acción popular.
Ante esta situación, hacemos un llamado urgente a la conciencia y movilización de nuestros compatriotas, exigiendo reactivación económica, inversión pública y bienestar. La inacción no es una opción. Necesitamos un pueblo decidido a defender sus derechos y a construir un futuro diferente, sin dejarse intimidar por la manipulación mediática ni por la amenaza de represión. La historia nos ha enseñado que, cuando la injusticia se vuelve la regla, la resistencia.es un derecho.
Es el momento de promover asambleas ciudadanas en barrios, comunidades, centros de trabajo y universidades. En estos espacios, debemos debatir, organizar agendas de demandas y llevar nuestras propuestas a quienes aspiran a gobernar. Debemos articular nuestra protesta, para que no se diluya en un acto de indignación pasajera, sino que se convierta en una acción permanente de participación ciudadana y veeduría pública.
Derrotemos al neoliberalismo en las calles y en las urnas.
La lucha debe darse en dos frentes: en las calles y en las urnas. Es imperativo que nuestras movilizaciones sean organizadas y constantes, no solo para expresar el rechazo al gobierno actual, sino también para construir una política alternativa que defienda los derechos de todos. Debemos demostrar al gobierno y sus aliados que no aceptaremos más políticas de exclusión y saqueo. Las movilizaciones en defensa de la salud, la educación y el trabajo son el camino para alcanzar una democracia que respete la dignidad humana y garantice los derechos ciudadanos.
La lucha no termina en las calles. Es fundamental que llevemos esta conciencia y organización al escenario electoral. Necesitamos elegir representantes que realmente defiendan los intereses del pueblo y que puedan desmantelar este modelo neoliberal que solo nos ha traído miseria. Con inteligencia y claridad, debemos transformar nuestra indignación en una victoria democrática que nos devuelva la dignidad y la esperanza.
La victoria es posible si trabajamos unidos y organizados. No podemos dejar que el miedo o la apatía se apoderen de nosotros. Sabemos que esta lucha no es fácil, pero cada paso que demos en defensa de nuestros derechos es un paso hacia un futuro más justo. La historia se construye con la fuerza de los pueblos que se levantan y luchan por su dignidad. Hoy es nuestro momento de luchar y construir el país mas justo, inclusivo, participativo y redistributivo.
¡A las calles y a las urnas! Porque solo el pueblo salva al pueblo.
Pedro Cornejo Calderón
Cuenca, noviembre 4 de 2024
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